Heridas
Los cortes, magulladuras, rozaduras o heridas menores no suelen requerir atención en urgencias pero es importante parar la hemorragia.
• En las heridas y cortes pequeños basta con lavar la herida y aplicar un apósito seco o empapado en agua oxigenada o antiséptico yodado.
• A continuación, secar la herida con una gasa, con pequeños toques dentro y en los extremos para quitar toda suciedad de los bordes. Para realizar esta operación no hay que emplear algodón, pañuelos o servilletas de papel, ya que desprenden partes minúsculas que se adhieren a la herida.
• Una vez limpia la herida, hay que cubrirla con una gasas y esparadrapo o tirita. Si la herida es en la cara, es preferible dejarla al aire con una capa de antiséptico.
• Durante los días siguientes, se seguirá lavando la zona con agua y jabón y hay que aplicar a diario un antiséptico hasta que se seque y se forme costra.
• Si el sangrado es persistente y continúa después de varios minutos de ejercer presión sobre la zona, buscar inmediatamente cuidado profesional.
Para tratar una herida grave y detener la hemorragia hay que seguir los siguientes pasos:
• Acostar al niño con la cabeza ligeramente más abajo que el tronco o las piernas.
• Después de limpiar la herida hay que presionar directamente en la herida con un vendaje estéril y mantener esa presión hasta que pare la hemorragia.
• A continuación, hay que proteger la zona con un vendaje compresivo utilizando, por ejemplo, un trapo limpio.
• Si el sangrado continúa y la sangre traspasa el trapo, no hay que mover al pequeño, añadir más material absorbente y buscar ayuda médica de inmediato.
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jueves, 17 de enero de 2008
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